La marca Rocky Mountain ha "descubierto" una versión rediseñada de su cuadro de enduro "Slayer", esto de una manera un poco sutíl en el Crankworks en Whistler.
Más que descubrirla, algún asistente notó que una versión negro mate, sin logotipos y, eso si, con bastante lodo, era montada por gente del equipo de Rocky Mountain, por lo que se infiere, es el nuevo prototipo, mismo que debería ser presentado, de forma oficial, en fechas próximas.
El modelo anterior, presentado en Crankworks 2016, cómo modelo 2017, tuvo una recepción medianamente satisfactoria, pero se esperaba mucho de este rediseño. Abajo, la Slayer 2017.
Entre las mayores quejas con respecto al modelo anterior se hablaba de la dureza de la suspensión, que transmitía demasiada fuerza al montarla y que, en conjunto, era una bicicleta que perdonaba poco al piloto. Vamos, nada serio.
Entre los detalles más interesantes del rediseño, destaca el cambio den la disposición de la suspensión trasera, pasando de un shock vertical a uno paralelo al tubo superior.
Como siempre, resulta interesante ver cómo evolucionan las plataformas para ajustarse a las exigencias y, en especial, al feedback de los usuarios, esperemos este modelo de la Slayer haga honor a su nombre y, en realidad, se establezca como un ícono en su categoría.
Más que descubrirla, algún asistente notó que una versión negro mate, sin logotipos y, eso si, con bastante lodo, era montada por gente del equipo de Rocky Mountain, por lo que se infiere, es el nuevo prototipo, mismo que debería ser presentado, de forma oficial, en fechas próximas.
El modelo anterior, presentado en Crankworks 2016, cómo modelo 2017, tuvo una recepción medianamente satisfactoria, pero se esperaba mucho de este rediseño. Abajo, la Slayer 2017.
Entre las mayores quejas con respecto al modelo anterior se hablaba de la dureza de la suspensión, que transmitía demasiada fuerza al montarla y que, en conjunto, era una bicicleta que perdonaba poco al piloto. Vamos, nada serio.
Entre los detalles más interesantes del rediseño, destaca el cambio den la disposición de la suspensión trasera, pasando de un shock vertical a uno paralelo al tubo superior.
Como siempre, resulta interesante ver cómo evolucionan las plataformas para ajustarse a las exigencias y, en especial, al feedback de los usuarios, esperemos este modelo de la Slayer haga honor a su nombre y, en realidad, se establezca como un ícono en su categoría.