Gracias por los comentarios.
Si estuviéramos hablando de una bici de 29, os daría la razón en el hecho de que terminaría con bici prácticamente nueva por poco dinero. Pero en caso de 27,5, que te den un cuadro nuevo con costes adicionales de componentes, por bien que salga, es un regalo envenenado. Yo le tengo mucho apego a mi bici, pero su ciclo vital estaba ya tocando a su fin para mí. He tardado meses en encontrar una llanta no boost de eje 9x135, porque la trasera se me había fisurado y no podía dejarla ir a más (al final, solo la he podido encontrar de segunda mano si no quería esperar más que Penélope o hacer una segunda hipoteca); en mi tienda habitual ya no tienen ni cubiertas ni cámaras de 27, el último cassette de 10 velocidades me lo instalaron a mí este verano (marca Sunshine, lo único que había) y cualquier evolución que te planteas, como ir a monoplato, tubelizar, etc, te genera muchos peros y muchas dudas de si merece la pena.
Estoy de acuerdo en que uno puede pasar de tendencias y mantener algo si le gusta, pero pinchar y tener que esperar una semana a que te venga una cámara de internet porque no puedes comprarla en la tienda de al lado para salir al día siguiente, termina desmoralizando un poco. Y conste que yo he defendido siempre la validez y el buen rendimiento de una 27,5, pero ya no se trata de eso.
Últimamente lo que tenía en mente era seguir con ella hasta que hubiera algo de stock en bicis nuevas, en 29 ya, no hay otra; hacerle una revisión completa a la Anthem e intentar malvenderla con algo de dignidad.
Si ahora me vienen gastos de trámites, montajes/desmontajes y componentes nuevos, voy a tener una bici casi nueva, pero con los mismos inconvenientes y destinada a malvenderla igualmente, ya que nadie va a valorar los cambios, agarrándose a que tiene el pecado original en los 27,5.
Alternativa: aislarse del mundo y disfrutar de ella mientras no se le rompa nada más.
Ya veré.
Saludos.