Hola,
Primero decir que cuando voy en bicicleta es para distraerme, pasar un buen rato haciendo salud, no hacer daño a nadie y no tener malos rollos ni polémicas, aunque ya se sabe, siempre pueden pasar cosas inesperadas.
Un día se te enfada un peatón porque tocas demasiadas veces el timbre o porque vas por un carril que ahora ya no es para bicicletas, un ciclista porque le adelantas demasiado rápido, otro se queja porque va con ritmo y no te apartas a tiempo, un viandante que ocupa todo el carril con la cadena del perro en medio.
Reconozco que tampoco soy el más prudente del mundo, VOY A MI AIRE, que si me da por ponerme a rueda de alguien, nunca hasta ahora tuve ningún problema, por eso, muchas veces otros se han puesto pegados a mí y me da igual, es su problema.
Hoy ha sido esto, salgo de un cruce para incorporarme un momento a la carretera con la mala suerte que está circulando, un ciclista de ruedas estrechas, las piernas y las ideas también.
Me pongo detrás a una distancia prudente, sin molestar para nada, frena, se echa para un lado refunfuñando y se pone detrás de mi pegado, con la molestia que eso le supone tener que aminorar su ritmo. Lo más curioso y no digo que todo el mundo sea igual, pero es que siempre somos los de aquí que tenemos estas actitudes tan extrañas, nunca he tenido problemas con extranjeros que además son más simpáticos y suelen saludar.
Me da igual si pensáis que soy un quejica, pero al menos soy sincero y digo las cosas como las veo, tal vez tendríamos que reflexionar...
Primero decir que cuando voy en bicicleta es para distraerme, pasar un buen rato haciendo salud, no hacer daño a nadie y no tener malos rollos ni polémicas, aunque ya se sabe, siempre pueden pasar cosas inesperadas.
Un día se te enfada un peatón porque tocas demasiadas veces el timbre o porque vas por un carril que ahora ya no es para bicicletas, un ciclista porque le adelantas demasiado rápido, otro se queja porque va con ritmo y no te apartas a tiempo, un viandante que ocupa todo el carril con la cadena del perro en medio.
Reconozco que tampoco soy el más prudente del mundo, VOY A MI AIRE, que si me da por ponerme a rueda de alguien, nunca hasta ahora tuve ningún problema, por eso, muchas veces otros se han puesto pegados a mí y me da igual, es su problema.
Hoy ha sido esto, salgo de un cruce para incorporarme un momento a la carretera con la mala suerte que está circulando, un ciclista de ruedas estrechas, las piernas y las ideas también.
Me pongo detrás a una distancia prudente, sin molestar para nada, frena, se echa para un lado refunfuñando y se pone detrás de mi pegado, con la molestia que eso le supone tener que aminorar su ritmo. Lo más curioso y no digo que todo el mundo sea igual, pero es que siempre somos los de aquí que tenemos estas actitudes tan extrañas, nunca he tenido problemas con extranjeros que además son más simpáticos y suelen saludar.
Me da igual si pensáis que soy un quejica, pero al menos soy sincero y digo las cosas como las veo, tal vez tendríamos que reflexionar...