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Pues lo que yo pienso no será muy popular pero a mi me va bien. Limpiarla lo menos posible. Cuando la bici tiene nada mas que polvo así la puedo llevar salidas y salidas que no me preocupa. Otra cosa distinta es cuando ya pillo una buena capa de barro. En ese caso creo que lo mejor es mojarla sin jabones ni aguas a presión (aunque bien usado me parece válido), a poder ser con el barro fresco o al menos no dejarlo que seque del todo. Tres trapos, un cubo con agua y unos cepillos para quitarla lo gordo. Con un cepillo y ya en seco quitar de las zonas donde no se llega con el trapo. Limpiar y engrasar la cadena. Si la cosa está de barro hasta arriba pues ya me toca tirar de manguera para quitar lo mas gordo.


En la medida de lo posible evitar arena, nieve, y barro en las rutas también ayuda, está claro que son estas condiciones las que mas castigan a la bici.


Aceptar que una mtb es para disfrutar y que se va a deteriorar con el uso es inevitable. También es cierto que aguantan una barbaridad pese a que las salidas exigentes las desgasten y se nota que van perdiendo finura. Muchas veces se escucha la arenilla triscar por la transmisión o incluso por el eje y con el paso de los kilómetros esos ruidos desaparecen. Y por mas que la tengamos limpia cuando la ensuciamos y pedaleamos la exponemos a que la suciedad entre donde no debe. Simplemente rodar bajo la lluvia ya implica peligro de que entre polvo.


Mi conclusión después de varias bicis, lavarla lo menos posible. Además de cómodo lo veo bien de cara a su mantenimiento.


La primera mtb que me compré sufrió de las mangueras a presión de la gasolinera, la metí la arernilla por todos los sitios, después los ruidos ni desaparecían. Esa tuvo nieve, arena de playa y barro para aburrir. Tenía sus ruidos pero era perfectamente funcional, están hechas para aguantar mucho, el problema nuestro es que queremos que vayan finas como de nuevas y eso en una bici que va por barro pues es imposible.


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