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Longitud, desnivel, porcentaje medio, altitud, climatología...? Pues todo influye pero existe una fórmula matemática objetiva para determinar (y poder comparar) la dureza de un puerto de montaña (esto sirve también de forma orientativa para el MTB, y digo orientativa porque también habría que analizar el estado de la pista-sendero, ahí el rozamiento influye más todavía)
Voy a poneros aquí el estudio y una página para meter vuestros valores. Pero para no liar mucho el tema: la conclusión es que la forma objetiva de medir la dureza de una subida viene determinada por 2 variables: Energía que necesitamos (en kilojulios) y potencia media que tendremos que desarrollar (en vatios).
Así nos vamos a encontrar subidas cortas y durísimas como el Angliru, donde necesitaremos muchos vatios pero poca energía, y subidas más largas pero más tendidas, como Sierra Nevada, donde necesitaremos desarrollar pocos vatios pero durante mucho tiempo. Cual de los dos es más duro? Angliru o Sierra Nevada? La respuesta en el análisis.
En el enlace de Ciclismo a Fondo tenéis una hoja de cálculo para introducir vuestros datos. Pero a parte os dejo esta otra: Dificultad portuaria (por cierto id a la página de inicio, muy interesante para temas de biomecánica: Aplicación on-line para el cálculo de las medidas de la bicicleta )
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Os recomiendo pinchar el enlace ya que las tablas al no ser texto plano no se pueden copiar/pegar :guiñar:
Fuente: INFORME: La potencia del escalador | Informes | Ciclismoafondo.es
La mayoría de los quebraderos de cabeza que se plantean a la hora de catalogar un puerto se resolverían si lográsemos averiguar cuanta potencia (vatios y energía) se necesitan para ascenderlo.
Es algo en lo que, desde Ciclismo a Fondo, nunca se ha dejado de trabajar, intentando ofrecer datos de la dureza de los puertos que sirvieran para establecer una regla de comparación fácilmente comprensible por la mayoría de nuestros lectores.
Con la proliferación de cicloturistas “cazapuertos” y el fácil acceso a dispositivos de medición que dispongan de un grado mínimo de precisión (GPS, altimetros digitales…), existe en la actualidad una cantidad ingente de información, tanto en medios impresos como en Internet, referente a las más insólitas ascensiones de puertos de la más diversa índole. Como en muy pocas alternativas se han empleado métodos con un soporte que respondiese a una realidad científica (física o matemática), gran parte de esa información se ha catalogado con los denominados “coeficientes” que, con mucha buena voluntad pero con discutible acierto, han llenado infinidad de listados de datos difícilmente comparables.
Las cifras de la dureza
Cuando el método de catalogación utilizado contiene un porcentaje elevado de ambigüedad, se recurre con demasiada frecuencia a las manidas frases de “depende del día”, “eso va por sensaciones”, “al ir la carretera cerrada entre árboles”… Hasta hoy siempre hemos defendido el postulado de que cada puerto sólo puede ser catalogado una vez que haya sido ascendido y, a la vista de las sensaciones del ciclista, asignarle ese numeral adjetivado que tanta expectación despierta, pero nuestro deber es determinar el dato que, de manera irrefutable, defina la dureza de un puerto.
Física… y química
Hay datos que son objetivamente opuestos a cualquier tipo de valoración empírica:
Potencia absoluta
En lugar de medir puertos con un patrón humano y variable, nos encontramos frente a una ascensión, con unas características determinadas (longitud, desnivel, altitud…) y nos gustaría saber qué energía necesitamos para ascenderlo: esa es la única realidad. Si somos capaces de encontrar el razonamiento físico que desvele nuestra duda podremos aplicarlo a la totalidad de los puertos del planeta, a sabiendas de que nunca nos equivocaremos en su valoración matemática.
Vamos a olvidar por un momento que somos ciclistas; una máquina mecánicamente efímera, aunque biológicamente inigualable, y vamos a imaginar que disponemos de unos valores energéticos fijos (esos 250 W pretendidos) que nos permiten convertirnos en un vehículo automóvil movido por un motor eléctrico (al que no le afecta la presión barométrica como a los motores de explosión). Si con ese vehículo imaginario ascendiéramos un puerto, al finalizar podríamos calcular la energía que se ha consumido para lograr esa tarea. Pero no sólo eso: también lo podríamos calcular antes de ascender el puerto, aplicando las fórmulas físicas que nos ayuden a calcular la potencia y energía mecánica absoluta necesaria para ascenderlo.
Se puede decir que la potencia mecánica es el producto de la fuerza ejercida (newton), debido al peso de la carga (gramos), por la velocidad lineal de subida de ésta (metros por segundo).
... sigue
Voy a poneros aquí el estudio y una página para meter vuestros valores. Pero para no liar mucho el tema: la conclusión es que la forma objetiva de medir la dureza de una subida viene determinada por 2 variables: Energía que necesitamos (en kilojulios) y potencia media que tendremos que desarrollar (en vatios).
Así nos vamos a encontrar subidas cortas y durísimas como el Angliru, donde necesitaremos muchos vatios pero poca energía, y subidas más largas pero más tendidas, como Sierra Nevada, donde necesitaremos desarrollar pocos vatios pero durante mucho tiempo. Cual de los dos es más duro? Angliru o Sierra Nevada? La respuesta en el análisis.
En el enlace de Ciclismo a Fondo tenéis una hoja de cálculo para introducir vuestros datos. Pero a parte os dejo esta otra: Dificultad portuaria (por cierto id a la página de inicio, muy interesante para temas de biomecánica: Aplicación on-line para el cálculo de las medidas de la bicicleta )
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Os recomiendo pinchar el enlace ya que las tablas al no ser texto plano no se pueden copiar/pegar :guiñar:
Fuente: INFORME: La potencia del escalador | Informes | Ciclismoafondo.es
La mayoría de los quebraderos de cabeza que se plantean a la hora de catalogar un puerto se resolverían si lográsemos averiguar cuanta potencia (vatios y energía) se necesitan para ascenderlo.

Es algo en lo que, desde Ciclismo a Fondo, nunca se ha dejado de trabajar, intentando ofrecer datos de la dureza de los puertos que sirvieran para establecer una regla de comparación fácilmente comprensible por la mayoría de nuestros lectores.
Con la proliferación de cicloturistas “cazapuertos” y el fácil acceso a dispositivos de medición que dispongan de un grado mínimo de precisión (GPS, altimetros digitales…), existe en la actualidad una cantidad ingente de información, tanto en medios impresos como en Internet, referente a las más insólitas ascensiones de puertos de la más diversa índole. Como en muy pocas alternativas se han empleado métodos con un soporte que respondiese a una realidad científica (física o matemática), gran parte de esa información se ha catalogado con los denominados “coeficientes” que, con mucha buena voluntad pero con discutible acierto, han llenado infinidad de listados de datos difícilmente comparables.
Las cifras de la dureza
Cuando el método de catalogación utilizado contiene un porcentaje elevado de ambigüedad, se recurre con demasiada frecuencia a las manidas frases de “depende del día”, “eso va por sensaciones”, “al ir la carretera cerrada entre árboles”… Hasta hoy siempre hemos defendido el postulado de que cada puerto sólo puede ser catalogado una vez que haya sido ascendido y, a la vista de las sensaciones del ciclista, asignarle ese numeral adjetivado que tanta expectación despierta, pero nuestro deber es determinar el dato que, de manera irrefutable, defina la dureza de un puerto.
Física… y química
Hay datos que son objetivamente opuestos a cualquier tipo de valoración empírica:
- -Según la 2ª Ley de Newton, la fuerza de atracción de la tierra sobre un cuerpo es su masa (peso) multiplicada por la aceleración gravitatoria (en torno a los 9,81 metros por segundo al cuadrado, dependiendo de la altura). Para elevar un cuerpo sobre la superficie terrestre debemos aplicar una fuerza que supere a la de atracción, de esta forma conseguimos imprimirle una aceleración vertical que, dependiendo de la pendiente, será más o menos elevada.
- Un ciclista no es una máquina, su potencia está limitada y, además, es variable. Como dato orientativo aportamos la cifra de 250 W como la potencia máxima mantenida (la puntual es mayor), desarrollada por un cicloturista medianamente entrenado.
- -Al generar tan poca potencia, cualquier fuerza de oposición afecta de manera notable al rendimiento neto del ciclista. Hay que tener en cuenta, además del coeficiente de penetración aerodinámica (SCx), factores como el rozamiento (neumático al suelo, cadena, eje de ruedas, pedales, bielas…) o la propia densidad del aire que, aunque nosotros la hemos considerado constante (1,08), para un cálculo más fino habría que adaptar a la altitud.
- -El cuerpo humano consume glucosa como único combustible y, en el caso de estar realizando un ejercicio intenso, no es capaz de metabolizar toda la que está consumiendo. El desgaste es patente a partir de la primera hora y crece de forma exponencial haciendo que el rendimiento decaiga con el paso de los kilómetros. En la medición de vatios que proponemos no podemos tener en cuenta este factor biológico, ya que es totalmente personalizado y personalizable, por lo que los resultados obtenidos serían sólo aplicables a un ciclista movido por una especie de motor eléctrico que dispusiera de una entrega de potencia continua e ilimitada. Este es un capítulo sobre el que nos gustaría incidir con total rotundidad: un ciclista se desgasta en un puerto de muchos kilómetros y su rendimiento neto puede deteriorarse, de forma exponencial, hasta límites inimaginables (hipoglucemia, golpe de calor, acidosis, fatiga neural…).

Potencia absoluta
En lugar de medir puertos con un patrón humano y variable, nos encontramos frente a una ascensión, con unas características determinadas (longitud, desnivel, altitud…) y nos gustaría saber qué energía necesitamos para ascenderlo: esa es la única realidad. Si somos capaces de encontrar el razonamiento físico que desvele nuestra duda podremos aplicarlo a la totalidad de los puertos del planeta, a sabiendas de que nunca nos equivocaremos en su valoración matemática.
Vamos a olvidar por un momento que somos ciclistas; una máquina mecánicamente efímera, aunque biológicamente inigualable, y vamos a imaginar que disponemos de unos valores energéticos fijos (esos 250 W pretendidos) que nos permiten convertirnos en un vehículo automóvil movido por un motor eléctrico (al que no le afecta la presión barométrica como a los motores de explosión). Si con ese vehículo imaginario ascendiéramos un puerto, al finalizar podríamos calcular la energía que se ha consumido para lograr esa tarea. Pero no sólo eso: también lo podríamos calcular antes de ascender el puerto, aplicando las fórmulas físicas que nos ayuden a calcular la potencia y energía mecánica absoluta necesaria para ascenderlo.
Se puede decir que la potencia mecánica es el producto de la fuerza ejercida (newton), debido al peso de la carga (gramos), por la velocidad lineal de subida de ésta (metros por segundo).
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