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Pues yo estoy cansado, por no emplear términos malsonantes. Entre terratenientes sin escrúpulos del Opus Dei que se adueñan de cañadas reales con la complicidad del ayuntamiento de turno, otros que hacen cercados con puertas cerradas con candados, agricultores que año a año o cosecha a cosecha van reduciendo el ancho del camino hasta hacerlo desaparecer si coincide que en ese tiempo no pasa nadie por alli. Llevo ya tiempo que no respeto ningún camino y paso por todos, publicos y privados, los montes de Toledo están llenos de rincones maravillosos que merece la pena ver. Así que yo paso y salto o corto la alambrera o puerta que me encuentre, si me pillan ya veremos que sucede. La pena por cortar o po er obstáculos en un camino es de 150000 € y nunca pasa nada. A mí no deben de pensarme con más.