Vaya por delante que las bicis eléctricas me parecen un invento fenomenal. El primero que conocí con e-bike, hace ya unos años, es alguien de edad avanzada que sufrió una gravísima enfermedad que le dejó unas secuelas físicas considerables. Admiro a este señor. El último usuario de e-bike que nos acompañó, hace solo unos días, admitía abiertamente que la usaba porque así podía hacer los recorridos con grupos como el nuestro sin necesidad de renunciar a cocidos, fabadas, churrascos y placeres similares :lol: En serio: el uso de la e-bike me parece perfectamente respetable. Después de todo, durante una temporada me lo pasé fenomenal en moto por el monte (que también se suda, pero no voy a hablar de ello ahora :D ).
El caso es que desde hace unos meses tenemos en el grupo algún que otro participante con e-bike y hemos pasado del "cuantos más, mejor" al "se me están empezando a inflar los ******". Por dos razones básicamente:
Primero, ya no somos un grupo de ciclistas. Es como si me pusiese a acompañar a corredores (de los de a pie, se entiende) con mi bici: no estamos compartiendo la misma experiencia. No podemos cruzar comentarios (o miradas) del tipo "esta cuesta me está matando" con la certeza de que el otro no solo te comprende, sino que siente algo parecido. No es posible esa solidaridad muda, esa empatía, entre el biker y el e-biker. También ha desaparecido la satisfacción ocasional del tipo "hoy le he mantenido el ritmo a los mejores del grupo durante la mitad de la ruta", el gusanillo que hace que te exprimas...
Segundo, estos e-bikers nos condicionan en nuestros recorridos. Normalmente tienen una forma física inferior que no solo se refleja en la fuerza (imaginaos llevar una e-bike al hombro), sino en reflejos y habilidad. Por mucha e-bike que tengas, si tu técnica está limitada por tu estado físico, no podrás seguir el ritmo por ciertos sitios, que incluso pueden volverse peligrosos. Es como llevar a un novato en el grupo, con todo lo que eso implica (de hecho, cada vez es más habitual que vengan verdaderos novatos creyendo que podrán hacer nuestras rutas por llevar una e-bike).
Repito que no tengo nada en contra de las bicis eléctricas, sino todo lo contrario, pero pido comprensión a los e-bikers y que se mentalicen de que lo suyo es diferente a una bici convencional y que hay buenas razones para que a veces se les reciba con poco entusiasmo en los grupos de toda la vida. El día que tenga una e-bike (que la tendré) me aseguraré de haber sido invitado antes de unirme a un grupo de ciclistas.
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