Andrés Bravo
Miembro
Interesantes y divertidas muchas situaciones que describen aquí. Cuento mi caso.
Soy rutero aficionado-avanzado, desde hace más de 3 décadas y siempre he usado pedales tradicionales de ruta con puntillas (o rastrales). Hasce unos 7 años, siguiendo consejos del grupo de ruteros amigos (especialmente los más jóvenes), decidí comprarme unos pedales con fijación Shimano y empecé a usarlos. Durante un par de semanas, rodando siempre con cautela, no pasó nada, aunque tenía situaciones comprometedoras de las que lograba salir, sin caer. Pero siempre con la sensación de inseguridad psicológica. Hasta que llegó el “gran día”: en un camino rural pavimentado, yo pedaleaba tranquilamente y veo acercarse una jauría amenazante. Frenar en seco y caerme “en cámara lenta” fue una misma cosa. Rodé lentamente hacia una acequia que corría contigua al camino…en realidad tuve suerte con la caída, leyendo otras experiencias aquí. Pero decidí volver a mis pedales convencionales Shimano 105 de pestaña alta (ahora son considerados “vintage”) y mis puntillas. Me dan mucha mayor seguridad psicológica, pedaleo tranquilo y como no soy del pelotón profesional, la verdad es que perder algo de “eficiencia” en el pedaleo (cosa que no podría medir) me da exactamente lo mismo. De todas maneras, puedo pedalear rápido en llano y descensos y bien subiendo cuestas. Un detalle curioso para muchos: siempre he usado zapatillas de ruta modernas con calas de anclaje, que entran y se afirman muy bien en los pedales convencionales de pestaña alta y las correas de las puntillas las ajusto con cierta tolerancia para que el pie quede algo libre dentro de la “jaula”. Esa tolerancia permite sacar el pie rápidamente en caso de frenaje. Esto otorga gran seguridad, especialmente, en el plano psicológico.
Acepto que los pedales automáticos son muy útiles para el pelotón profesional y en general, los ciclistas que compiten, al nivel que sea. Pero no son tan necesarios para un ciclista que no compite.
Seguiré fiel a mis pedales tradicionales, per sécula seculorum… y continuaré acumulando kilómetros y disfrutando del mejor deporte del mundo. Saludos desde Chile.
Soy rutero aficionado-avanzado, desde hace más de 3 décadas y siempre he usado pedales tradicionales de ruta con puntillas (o rastrales). Hasce unos 7 años, siguiendo consejos del grupo de ruteros amigos (especialmente los más jóvenes), decidí comprarme unos pedales con fijación Shimano y empecé a usarlos. Durante un par de semanas, rodando siempre con cautela, no pasó nada, aunque tenía situaciones comprometedoras de las que lograba salir, sin caer. Pero siempre con la sensación de inseguridad psicológica. Hasta que llegó el “gran día”: en un camino rural pavimentado, yo pedaleaba tranquilamente y veo acercarse una jauría amenazante. Frenar en seco y caerme “en cámara lenta” fue una misma cosa. Rodé lentamente hacia una acequia que corría contigua al camino…en realidad tuve suerte con la caída, leyendo otras experiencias aquí. Pero decidí volver a mis pedales convencionales Shimano 105 de pestaña alta (ahora son considerados “vintage”) y mis puntillas. Me dan mucha mayor seguridad psicológica, pedaleo tranquilo y como no soy del pelotón profesional, la verdad es que perder algo de “eficiencia” en el pedaleo (cosa que no podría medir) me da exactamente lo mismo. De todas maneras, puedo pedalear rápido en llano y descensos y bien subiendo cuestas. Un detalle curioso para muchos: siempre he usado zapatillas de ruta modernas con calas de anclaje, que entran y se afirman muy bien en los pedales convencionales de pestaña alta y las correas de las puntillas las ajusto con cierta tolerancia para que el pie quede algo libre dentro de la “jaula”. Esa tolerancia permite sacar el pie rápidamente en caso de frenaje. Esto otorga gran seguridad, especialmente, en el plano psicológico.
Acepto que los pedales automáticos son muy útiles para el pelotón profesional y en general, los ciclistas que compiten, al nivel que sea. Pero no son tan necesarios para un ciclista que no compite.
Seguiré fiel a mis pedales tradicionales, per sécula seculorum… y continuaré acumulando kilómetros y disfrutando del mejor deporte del mundo. Saludos desde Chile.