- Provincia/Zona: Málaga / Montes de Málaga
- Distancia: 48Km
- Duración aproximada: 4:00 en movimiento + paradas para fotos, comida, recuperar, charlar, etc.
- Grado de dificultad IBP (+info): 95
- Desnivel positivo acumulado: 1.300m
- Ruta Circular (Sí/No): No (se entre y se sale por dos accesos distintos a los Montes)
Vaya por delante que aunque el post lo subo yo, la ruta está realizada y documentada por @Pac0 y por mí (@Vísperas) al alimón. El material foto y videográfico está tomado por uno o por otro indistintamente. Para el que no tenga la paciencia de leer el post completo, al final hay un vídeo resumen.
Se trata de una salida conjunta a la que le teníamos muchas ganas los dos y que se tradujo en una mañana de MTB muy agradable, divertida y hasta con un tinte épico por los kilómetros y el desnivel acumulado. El track hace un recorrido muy completo por muchos de los carriles y miradores emblemáticos del Parque Natural Montes de Málaga, visitando clásicos del MTB malagueño como la subida de “los Locos”, el carril o de los Llanos o ruta “Gay” -nombre puesto por el movimiento popular antes de la corrección política-, el lagar de Contreras, el Cochino, el monolito de Contadoras, … y en total 4 de los 5 miradores que jalonan este bosque al norte de la ciudad de Málaga: el Cochino ya mencionado, Francisco Vázquez Sell, Pocopán y Martínez Falero. Nos faltó el del Palomar, situado en Torrijos, pero ya se nos echó el tiempo encima y siempre hay que dejar algo para la siguiente quedada…
Antes de entrar en harina, le cedo la palabra a @Pac0 para que introduzca la ruta desde su punto de vista personal.
Suelo teneros acostumbrados a relatar mis rutas con algún tono de humor, el día que aprendí a reírme de mi mismo cambió mi vida a mejor, pero esta vez voy ha hacer una excepción ya que esta salida ha supuesto para mi un hito muy importante, no solo por ser hasta la fecha la más larga y dura realizada, si no por la ilusión y satisfacción que me produjo el hacerla con una persona que pasó de ser virtual en el foro a compañero de ruta pedaleando juntos por los caminos de nuestros montes de Málaga.
Está demostrado que la motivación psicológica nos hace capaces de realizar cosas que pensábamos eran imposibles de conseguir. Yo salí a expensas y con la confianza puesta en @visperas, ya que él se conoce la intrincada maraña de caminos, pistas y cruces del parque natural de los montes, pero cual fue mi sorpresa al llegar a casa y ver los datos de la ruta en Strava. Por la diferencia de los puntos de salida y regreso de ambos, se me pusieron los ajos como platos al ver 1457 m de desnivel positivo y 63 kms. Impensable para mi hacerlo en mis salidas en solitario, iba tan a gusto, tan “motivado” que no sé de dónde salían las fuerzas y las ganas de continuar.
Al comienzo de la ruta, en las primeras bajadas, noté unos problemas con la rueda delantera, me subviraba, tendía a ir al exterior de la curva; la noche anterior limpié, engrasé transmisión y eje pedalier. A la horquilla le hice las operaciones de siempre, limpiar, aplicar aceite a las barras, hundirla repetidas veces y eliminar el aceite con trapo de algodón. Algo que se me olvidó fue comprobar las presiones de las ruedas, por lo que di por hecho que sería eso. Visperas llevaba manómetro, pero yo no quería perder ni un segundo de la, hasta ahora, mi mejor salida. Poco a poco fue desapareciendo el problema por lo que desconozco el motivo que lo causó. La temperatura en los neumáticos influye en la presión, pero no sé si es significativo en una bicicleta.
Volviendo a la ruta, me llevó a sitios totalmente desconocidos para mí, a la vez que me explicaba las distintas alternativas y destinos según cogieses un desvío u otro. Bajar del mirador de Pocopán por el cortafuegos supuso para mí un reto importante (ya ha explicado Visperas los detalles) y aunque no tenia miedo, si tuve que aplicar una buena dosis de prudencia, compromiso en hacerlo y una “técnica” que hacia con las motos, que consiste en “cruzar” levemente la bici para no coger velocidad. No se si es lo correcto, pero a mí me funcionó.
No me gusta soltarme de manos y en raras ocasiones lo he hecho, salvo para meter o sacar algo de los bolsillos del maillot, pero una vez en la carretera, ya todo cuesta abajo, solté el manillar, me puse recto sentado sobre el sillín, extendí los brazos hacia abajo y respiré muy profundamente, fue un momento de plenitud, fue sentir la sensación de un gran bienestar, de haber disfrutado… Ya sabes el por qué lo hice amigo @visperas.
Ya con el brindis de nuestras cervezas se puso el colofón a ese espléndido día.
Quien tenga la ocasión de salir con Visperas de ruta que no la deje pasar, nunca doy consejos, solo mi opinión, pero hoy, por segunda vez, vuelvo a hacer otra excepción, os aconsejo que salgáis con él.
Aún sonrojado por las palabras de un grande, vamos a lo serio con la descripción de la ruta. Como los dos veníamos de diferentes puntos, @Pac0 de la zona Oeste de la ciudad y @Vísperas de Boticario, en los mismos Montes, acordamos como punto de encuentro la puerta de entrada al Parque Natural que hay en los Molinos de San Telmo, junto al antiguo sanatorio mental San José (hoy Centro Asistencial San Juan de Dios). De aquí parte el carril comúnmente conocido como “los Locos”, por motivos obvios, aunque su nombre oficial sea carril de Picapedreros.
Desde aquí, comenzamos a pedalear cuesta arriba, cosa que haremos durante un buen rato mientras vamos ganando altura poco a poco. Se trata de un carril ancho y relativamente cómodo, no muy pendiente y que se mueve entre los pinos de repoblación de los Montes. No obstante, ojo en verano porque el carril es tan ancho que al mediodía nadie nos libra del sol. Como la hemos hecho en pleno invierno y temprano, ni tan mal.
En un kilómetro y medio, más o menos, nos encontraremos con el primer cruce (los carriles de los montes pueden llegar a ser un laberinto si no te los conoces) en plena curva a la derecha, que es por donde sigue el carril principal. De frente sale otro carril que sube, con mayor inclinación, que descartaremos. Aquí nos preguntamos a dónde iría y, concretamente, ese carril lleva a la zona de El Pastelero, un núcleo de fincas fuera de los límites del P.N.
Nosotros seguimos por el carril principal a nuestro ritmo, que a partir de este punto comienza a serpentear de manera más marcada hasta poco antes de alcanzar las ruinas del Lagar de don Ventura, que dejaremos a nuestra derecha. Este encuentro nos ha de servir de referencia, pues a unos 500 metros nos encontraremos con el siguiente desvío que, esta vez sí, debemos coger, tomando una curva muy cerrada a la izquierda y con fuerte pendiente. Se trata del inicio del carril de los Llanos, su nombre oficial, Gay, nombre popular.
Tras este primer repecho, el terreno se vuelve favorable y comienza una suave pero divertida bajada que nos dejará en el mismo lecho de la Cañada de Marín, que cruzaremos para volver a subir en dirección al Lagar o Casa de Contreras. Mientras bajamos, ojo con no desviarnos en ninguna de las dos intersecciones de caminos que nos encontraremos. La primera, sin salida, hacia Casa Guijarro, y la segunda el carril del “Burro”, que nos llevaría al carril principal de Boticario.
Como decíamos, una vez en el fondo del barranco de Marín, volvemos a subir, primero un poco más pendiente, pero luego de manera muy suave, hasta que llegamos a las ruinas del Lagar de Contreras, ubicado en un recodo del camino y desde donde las vistas a la Bahía de Málaga son impresionantes. Lugar ideal para parar a echar unas fotos (como hicimos nosotros) y tomar un refrigerio si es menester (preferimos aguantar un poco, pues era temprano aún).
El carril sigue subiendo faldeando y cruzando diferentes cañadas (en Málaga una cañada no es un camino de ganado, sino un arroyo intermitente o torrentera), a veces más empinado, a veces más llanito, pero en general, llevadero durante 5-6 kilómetros que nos encontraremos el siguiente cruce.
A la izquierda, casi en U, sale un carril que obviaremos. Es el que nos llevaría a Jotrón de no estar bloqueado por la conocida como “valla la Vieja”. Así que seguiremos de frente siguiendo el cartel indicador que señala la distancia al hotel Humaina. Desde este punto, el terreno vuelve a ponerse cuesta abajo, ya que bajaremos hasta casi el cauce del arroyo Humaina, donde, si no vamos muy rápido, podremos observar un puente de piedra con unos arcos muy peculiares y unas formaciones rocosas en el lecho del arroyo también muy llamativos.
Salvado el cauce, como siempre, el camino volverá al modo cuesta arriba, más metido en la vegetación del Parque, aunque siempre faldeando. En menos de 1 Km llegaremos a una barrera para vehículos a motor, que cruzaremos para llegar al carril principal que viene de Boticario. A la derecha, hacia abajo, iríamos dirección la buitrera, pero nosotros queremos seguir subiendo hacia el hotel rural Humaina y, de ahí, al Cochino. Por lo que hacemos caso a la señal indicadora que nos marca el camino y la distancia al alojamiento (2,1 Km), no sin antes, ahora sí, premiarnos el esfuerzo con una barrita / cortadillo.
De los 2Km que nos separan del hotel el primero es el más duro, con pendiente constante del 11-12% y terreno no muy liso, para luego suavizarse antes de la traca final de los 100m antes del aparcamiento del hotel. Sabremos que se ha acabado la parte más dura porque dejaremos a nuestra derecha un camino con cadena, que es el conocido como “la V” en los círculos MTBeros malagueños.
Superada la rampa asfaltada del hotel y tras una parada para coger aliento (y agua si hiciera falta y el hotel está abierto), seguimos subiendo por la pista unos pocos metros hasta ver que a nuestra derecha sale un carril de tierra con bastante pendientes. Pues allá que vamos. Es la subida al mirador del Cochino. 1,5 Km de fuerte pendiente, de las que te hacen soñar con que detrás de cada curva va a aparece el famoso cochino y no, aún queda otra y otra y otra. Finalmente conquistamos el primer mirador de la ruta, donde la foto es obligada (si no hay foto, no has estado en El Cochino), como lo es admirar las vistas de Málaga.
Y sin olvidar recuperar el aliento, pues aún nos queda otro trecho de subida hasta el cruce con la pista conocida como “Toboganes, unos 700m después del monumento favorito de bikers de los Montes. Este carril, que va en un sube-baja constante (aunque nuestra sensación es que sube más que baja) es una buena alternativa al carril asfaltado que sale desde el hotel Humaina. La pista enlaza con este carril justo a la altura del segundo de los miradores de la jornada: el Francisco Vázquez Sell, con estupendas vistas y donde está ubicado uno de los helipuertos del P.N. con su correspondiente alberca redonda para los helicópteros anti-inciendios. Foto a las vistas y a continuar por la ruta volviendo sobre nuestros pasos para, poco antes de alcanzar el asfalto, desviarnos por un sendero que sale a la izquierda: la Umbría de Contadoras.
Un sendero estrecho, entre vegetación y pared de roca, un poco más técnico de lo habitual en los carriles de los Montes y muy bonito. Pasa por una mina de agua antes de llegar las Contadoras, un antiguo lagar hoy reconvertido en Aula de la Naturaleza. Por el sendero nos encontraremos una especie de aljibe de hormigón, punto en el que tendremos que subir por la derecha para recuperar la cota de la pista asfaltada a la altura del monolito de Contadoras, ubicado en el centro de lo que podría ser una amplia plaza en la que se cruzan importantes caminos.
Según salimos del sendero por un abrupto talud, divisamos el monolito. Nosotros tiraremos pegados a la izquierda, en dirección a la entrada a Contadoras, que dejaremos a nuestra izquierda para continuar por el sendero que nos llevará a Pocopán. Justo al principio hay un cartel indicador con un plano para senderistas, pues es un camino muy transitado por caminantes. Al principio el carril pica hacia arriba, pero en 500 o 700m se pone cuesta abajo, más o menos tras cruzar un cortafuegos. Aquí Pac0 se emociona bajando y nos pasamos el cortafuegos por donde suele subirse al mirador de Pocopán. No pasa nada, porque al otro lado hay otro cortafuegos, con menos pendiente pero más largo por el que, tras un intenso debate, decidimos subir al mirador. No hay más remedio que hacerla a pie, y casi se hace más dura que montados en la bici.
Arriba el esfuerzo merece la pena. Las vistas son impresionantes allá donde mires y en todo lo alto hay una caseta de piedra con una chimenea dentro y amplias ventanas en las esquinas para vigilar cualquier indicio de fuego en los bosques circundantes.
Tras disfrutar del entorno, hacernos unas fotos, poner el tick en la casilla del 3er mirador y tomar aliento, nos disponemos a bajar por donde hemos subido, el típico cortafuegos con mucha, pero mucha pendiente, y suelo muy suelto, con grandes piedras afiladas que atraen con fuerza nuestra mirada y, con ella, el resto de la bicicleta.
Una vez abajo, continuamos el camino y a escasos metros nos encontramos con otro de los monolitos de los Montes de Málaga (5 hay en total: Boticario, Contadoras, Pocopán, Viento y el de la carretera de Casabermeja, conocido como el pollón). En este importante cruce de caminos, nosotros tiraremos por la derecha, rodeando el cerro donde se sitúa el mirador que acabamos de visitar.
Toca ahora una larga bajada de casi 4 kilómetros en la que disfrutamos de lo lindo, rápida, con curvas, baches y en un paraje espectacular, flanqueados por un profundo barranco a nuestra izquierda y bosque mediterráneo por todos los lados, mayoritariamente pinos carrascos de repoblación a los que las especies autóctonas (algarobos, quejigos, encinas y algún alcornoque) van recuperándoles terreno.
Llegando al cauce del arroyo de Chinchilla (ojo, que llegamos rápido y nos encontramos una cadena en el carril que puede hacer rico a nuestro dentista), podremos observar al otro lado las majestuosas ruinas del lagar del mismo nombre, uno de los top del Parque Natural, a la altura del de Jotrón.
A partir de aquí, al cansancio acumulado por los kilómetros y el desnivel que ya llevamos en nuestras piernas, se suma una dura subida hasta la Fuente de la Reina, donde añadiremos los últimos 300m de desnivel a los 1.300m de la ruta en apenas 4 kilómetros. A los pocos metros de pasar la cadena antes mencionada, nos encontraremos un cruce, marcado con señales indicativas: a la izquierda (y cuesta abajo) a Torrijos, a la derecha (y cuesta arriba, al mirador de Martinez Falero). Obviamente, nosotros vamos hacia arriba, pararemos lo justo en el mencionado mirador, cuarto y último de la jornada, y seguimos hacia arriba, pues había como una manifestación de gente allí y ya no nos quedaban fuerzas para muchas fotos.
El camino ascendente nos deja de nuevo donde el monolito de Contadoras, desde donde tendremos que coger el camino que sale justo en diagonal de donde hemos salido (de aquí salen cuatro caminos en forma de “H”). No tiene pérdida porque es el único asfaltado.
Continuamos subiendo, esta vez por asfalto, tipo de terreno que ya no abandonaremos en lo que queda de ruta. En unos 500m, nos encontramos otro cruce, uno sube y otro baja. Ya sabemos por dónde hay que ir: hacia arriba. Pegados a la izquierda el carril asfaltado hace una “U” y sigue hacia arriba, aunque poco a poco la pendiente se va suavizando. Pasaremos junto a unas antenas de Telefónica y, finalmente, alcanzaremos la icónica Fuente de la Reina, situada al borde de la carretera de Los Montes, carretera de Colmenar o, formalmente, la A-7000.
Desde aquí, nos vamos ya por carretera hacia Málaga, previa parada en la Venta el Detalle para brindar por la ruta. Llegando a Boticario, nuestros caminos se separan y damos por concluida la ruta.