Si, hubo churros.
Queríamos hacernos las ermita de Las Tres Cruces por Los Mora y Almogía, pero no contamos con que apretara tanto el calor, llegamos a marcar 35ºC. Al llegar al pueblo de Almogía decidimos acortar la ruta y tirar para Málaga.
Yo no sé por qué me sigo juntando con esta manada de hijos de... Dios, les tengo que caer mal seguro, a un amigo de verdad no se le hace esto.
Quedamos en la Fuente de los Colores, su verdadero nombre es Fuente de la plaza del pintor Sandro Botticelli, pero como en Málaga para los nombres somos muy malos y la fuente está rodeada de palotes de muchos colores, pues eso.
Allí descubrimos que había abierto un bar con churros a esa hora en la que todavía no han abierto las calles. Nos pusimos tibios de tejeringos (Churos) y café, tanto que incluso se me pasó por la cabeza el mandar a tomar viento la bici.
Pues nada, como no había más remedio, a coger el camino.
Se ve que a los compis los churros le dieron energías y empezaron a tirar como unos condenaos, y yo como un gilipo**** pegao a ellos, y claro, era de esperar, me dio un pinchazo en el abductor de la pata izquierda, pa mí que era el muslo, pero bueno. Después de escuchar los 40 consejos de los compañeros y no seguir ninguno de ellos, me monto de nuevo y a seguir.
Subiendo la cuesta del Tomillar tenia los put** churros en las orejas, la culpa no era de los churros, era de la jodia cuesta.
A ver, para disfrutar de las bajadas primero hay que subir, pero no tanto leches, que tengo una edad mas cercana a ver las obras detrás de las vallas que a montar en bici, que en vez de comprarme una E-Bike a mí me viene mejor un Mobylette trucao.
La ruta os la puedo describir en tres palabras: "To pa arriba" y alguna bajadita en la que ni bajabas piñón porque enseguida te venia una subida que ni el IPC.
Iba "guannio", reventao y mandando al WhatsApp de la familia mis últimas voluntades. Por fin y no sé cómo, llegamos al pueblo, ¡¡¡ Já !!! Ese pueblo lo construyeron antes de la invención de nivel de burbuja, yo creo que en las casas no hay repisas en la paredes porque se les caerían las cosas, no hay una puñetera calle plana.
El gentilicio de Almogía es almogiense; almogiano-a, ¡Almorranos! los llamaría yo, porque se te salen por las patas abajo. Que piernas tienen que tener...
En la plaza del pueblo nos sentamos en la terraza del bar, si he dicho bar, no hay más, bajo la atenta mirada de los allí presentes y nos tomamos una cervecita, una solo. De la camarera ya hablaré de ella en mi libro sobre "La involución de las especies y a donde vamos a llegar"
Por suerte, alguien con cordura propuso no seguir hasta las Tres Cruces y volver para Málaga, no le di un abrazo porque olía a carne muerta (yo).
Nada un tironcillo más hasta llegar a la carretera y ya todo para abajo, esto... si no contamos la subidita de Los Nuñez, la subidita de su santa madre es de un 22%, la subí del tirón pero con una cancioncita en la cabeza "Hoy no me puedo levantaaaar..." ¿A que lo habéis leído con musiquita y todo?
Llegamos a Campanillas y allí nos tomamos las cervecitas de rigor, en mi caso rigor mortis.
Lo que si he sacado de esta ruta son tres videos pa que os empachéis.
La "cuestecita" de Los Núñez:
Aquí un compañero dijo no sé qué de tirar por no sé dónde y subir por no sé qué cuesta. Mi expresión facial dice muy claramente mi opinión al respecto.
Ver el adjunto 66110