A
Anónimo
Invitado
Pena de país.A mi lo que me da miedo con todo esto es como se aprovechan para distorsionar la realidad. "Libertad" decían algunos. Libre has sido siempre, y el que estuvo en las plazas, estuvo yendo de fiesta cada fin de semana de casa en casa. O gente que salía diciendo que llevaba 6 meses sin ver a su abuela del pueblo. Por favor, pedazo de retrasado, que podías moverte por España con justificante. O es que libertad significa tu derecho a hacer el imbécil y que después tengamos que salvarte? El estado del bienestar hace aguas por culpa de esta gente que tergiversa la realidad y confunde el socialismo con el comunismo que hizo aguas y el liberalismo económico con la libertad.
Estamos en un punto de bienquedismo absurdo en la sociedad que nadie dice qué es mejor y qué es peor: la gente, aunque argumentes, se queda con su punto de vista y no escucha. Las cosas hay que llamarlas por su nombre, y si eres imbécil, lo eres. Ya no hay excusas como nuestros abuelos o tatarabuelos que no tenían medios o recursos para estudiar o informarse. Y esto, entre otras cosas, se lleva a que gente diga que esto es una pantomima y lo diga en medios públicos sin represalias jurídicas porque "toda opinión es válida". Cómeme los huevos. Si toda opinión fuera válida seguiríamos pensando que el Sol gira alrededor de la Tierra. Aunque algún subnormal todavía dice que la Tierra es plana. O estos que salen defendiendo el fascismo sin miedo porque ahora hay movimientos políticos que están emergiendo defendiendo esos ideales. Nuestros padres se han partido la cara para tener lo que hay ahora y no lo estamos valorando. Precisamente son estos partidos los que llevan un país al caos y a perder derechos sociales. Y es que la historia política es cíclica, no nos olvidemos: el ser humano que no ha vivido o no es consciente del pasado, vuelve a repetir sus mismos errores. La vida no es un blanco y negro, hay matices entre un color y otro. La sociedad se toma todo como si fuera un Barça-Madrid sin analizar lo que pasa.
Tiempo al tiempo y ya lloraremos.
Buscad la película Idiocracy, vamos ahí.
A los que anduvieron haciendo el tonto con el grito de "libertad", saltándose el confinamiento, en un país civilizado se les tomaba nota, y cuando se pusieran enfermos, que se pagaran la estancia en el hospital de su bolsillo, como en EEUU. Que la libertad de uno termina donde empieza la del vecino.
La cosa es fácil de resumir. Cuando se partió el Prestige estuvieron dándole vueltas durante una semana en medio de un temporal. Me dijo a mí un ingeniero naval que era una atrocidad, que un barco de trescientos o más metros, en oleaje de diez metros o más, a la deriva, acabaría partiendo aunque fuese nuevo, porque dos olas consecutivas que levantasen el casco de extremos provocaría excesivos esfuerzos en el medio de la nave. Pero no, al final viene un imbécil, que manda, y decide lo que hacer.
Con el coronavirus igual. ¿De qué sirve la palabra de los médicos contra la de un borrego, como el líder de esos que se apropiaron de la bandera -y ojo, que el noventa por ciento de los otros otro tanto de lo mismo-, que ni tiene estudios ni ha cotizado nunca a la seguridad social?
Tenemos lo que nos merecemos.
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