Ahí va mi fiesta de la democracia...:
Te levantas a las 7 de la mañana. Llegas al colegio, nadie sabe cómo funciona nada: ni los responsables ni los apoderados. Suerte que a uno le quedan neuronas y más o menos recuerda algo de la otra vez que fui presidente y pude orientar en algo a la gente que está allí (creo que todos era su primera vez).
El famoso libro de instrucciones no sirve de nada. Ni un triste esquema de qué poner ni qué preparar, ni recomendaciones para organizarte. Mucho texto con palabras técnicas que confundían más que ayudaban.
Se empieza a las 10:30 porque las personas encargadas no encontraban 2 cajas con material que estaban en el colegio. Flipante.
Pasan las horas. No te dan ni agua. Cada uno se busca la vida y se va a su casa a comer.
Ponte el traje de la EPI a las 18:30. Los responsables y los apoderados de los partidos haciendo bromas y fotos porque damos "impresión". Era curioso como nosotros teníamos que llevar los trajes y ellos iban con una simple mascarilla haciendo "gracias".
Según nos dicen, un partido ha presentado un recurso porque no se ha abierto a la hora acordada y puede impugnar las votaciones si no nos quedamos el tiempo de más. Acordamos quedarnos para ahorrarnos problemas.
Ya llevas 15 horas trabajando.
Organizamos los votos, organizamos papeletas e iniciamos el recuento. Falla 1 voto. Por suerte cuadra a la segunda. Son las 22:30. Los vocales ya se pueden marchar.
Los votos normalmente se llevan a la Ciudad de la Justicia, pero esta vez se mueve a la sede de la guardia urbana del distrito. Primero pensé qué bien, pero al llegar nos encontramos una cola que daba la vuelta al parque y la comisaría. Tenemos que hacer cola en la calle, a las 23 horas y un frío de narices. Solo hay 1 mesa para recoger toda la documentación. Van recogiendo documentación de cientos de personas de 1 en 1.
Pasamos 1 hora esperando y la gente empieza a denunciar grabando vídeos en las redes sociales. Los policías, que no te preguntaban ni cómo estabas, le dicen a una chica que borre los vídeos. La gente salta.
Pasan 2 horas y la cola avanza lentamente. Más frio. La gente está subiendo el tono. Sale de todo por mi boca. Quieres llegar a tu casa. Estás cansado, helado, frustrado y enfadado por cómo funciona todo.
Ya no sé cuánto llevo. Entro en la comisaría y entrego los sobres. Por suerte, al salir, pido taxi para irme a casa y llega sin problemas.
Llego a casa. Como algo, me ducho y me voy a dormir a las 2.
Echad cuentas: 20 horas levantado por la fiesta de la democracia para recibir 5 horas de compensación en tu jornada laboral al día siguiente y 90 euros.
¿Conclusión?