aqui gusta mucho legislar , por encima del sentido comun .
Por mi zona, en teoria hay unos "montes", que se suponen son reserva de biodiversidad, cuando realmente son un paramo casi desertico de arbustos, conejos y poco mas... lleno de sendas para snderistas (por el estado, desnivel... imposible ir por ellas en bici), campos de alfalfa creo, por los que pasan tractores continuamentes, y restos de escombros por casi cualquier sitio.
pues salio el tipico articulo en facebook de un periodico criticando que mucha gente usaba las sendas con motos... y ya comento mas de uno, que el problema eran las bicis que destrozaban los caminos... (bici vs moto o tractor?¿?¿?....)
con una bici normal, ni vas campo a traves ni por sendas con desniveles del 30/40%...
Si es por impacto ambiental, obviamente limitaria la circulacion a todo lo que lleve motor, sea electrico, de gasolina o nuclear. Y obviamente con la normativa de circular por caminos y sendas, no por cualquier sitio.
La erosión, propiamente referida a vehículos cuales sean, nunca molestó desde tiempos ancestrales, porque de lo contrario, no se habría podido cultivar nada para después recoger la cosecha con los carros de bueyes, y no se destrozaron los montes.
A estos polítiquillos de títulos comprados al peso, que no han leído siquiera historia, que ni siquiera han hablado alguna vez con los hijos o nietos de los granjeros o agricultores, se les escapan varias cosas.
¿Recordáis cuando se nos decía en el colegio que en una ardilla podía recorrer España de norte a sur saltando de árbol en árbol sin tocar el suelo? -año 1975, no tan lejos-.
Pues cuando yo era pequeño, recuerdo un pueblo, cerca de Orense, donde el maravilloso instituto para la conservación de la naturaleza, en lugar de repoblar con árboles autóctonos como el roble, lo hacía con algo más rentable como los pinos y los eucaliptos. En alguna ocasión ni fue repoblar, fue arrancar buenos árboles para plantar esos.
Cuando alcanzaban su tamaño para utilizarlos en conglomerados y papel, los cortaban, dejaban las raíces a ras de suelo, pudrían, se formaba el hueco enorme que cabíamos hasta más arriba de las rodillas, y sólo tenía que llover y arrastrar toda la tierra. Así están casi todos los montes en Galicia, con la piedra al aire.
Se prohibió a los pastores que dejaran las ovejas libres al pasto. No hay mejor segadora que cabras y ovejas. Casi de inmediato el monte quedó lleno de rastrojos inservibles y listo para arder, sin el cuidado de aquellos que vivían de él. En cambio, al puñetero tojo, se le dio el título de arbusto protegido.
Otra ley, la de no poder construír en suelo quemado durante x años.... sirvió para que los que ya tenían su chalét evitaran que les construyeran enfrente. En otras zonas en la costa ya sabemos lo que ha pasado... les han tirado tres casitas, galpones de pescador, a cuatro familias que llevaban sin molestar años, y en otras se levantaron hoteles a veinte metros de la playa.
Conste, que yo con la bici no voy al monte. Pero si fuera.... ¿a alguno de vosotros, como a mí, le gustaría ir con la bici por un monte quemado?
El que quema el monte, tended por seguro, que ni va al monte en bicicleta ni va andando.
Conclusión: una ardilla puede seguir recorriendo España de norte a sur saltando de imbécil en imbécil, sin tener que tocar el suelo.