Provincia/Zona: Madrid / Curso medio del Guadarrama
Distancia: 33Km
Duración aproximada: 2:15 en movimiento + paradas para fotos, comida, recuperar, etc.
Grado de dificultad IBP (+info): 36
Desnivel positivo acumulado: 592m
Ruta Circular (Sí/No): Sí
Una ruta sencilla, sin grandes desniveles ni de tirada larga pero que tiene, a mi juicio, un gran interés histórico-cultural, aparte de la belleza del entorno. Desde el punto de vista del ciclismo de montaña es una ruta que catalogaría 100% XC (cross-country o rally), es decir, que se puede hacer con una rígida sin mayor problema, incluso en sus tramos algo más técnicos.
Antes de empezar quiero advertir, para que nadie se lleve una sorpresa, que la ruta incluye tres “pasos almonteños” (como los canadienses pero al estilo de El Rocío). No suponen una gran dificultad y en todos los casos se trata de caminos de dominio público según el catastro (verificado por un servidor). De hecho, en el primero de ellos no hay ninguna puerta de entrada, sólo carteles. Pero luego entraremos en los detalles. También aviso de que ilustraré la ruta con fotos de varios días, no es que la haya hecho cargando con dos bicis. Vamos a la descripción de la ruta.
Empezamos en la urbanización de Villafranca del Castillo, justo enfrente del SEK, aunque se podría empezar también en Villanueva del Pardillo pueblo, o en la urbanización del Molino de la Hoz (Las Rozas) junto al embalse. Nos dirigimos por el parque central hacia el norte y, saliendo de la urbanización tomamos una rotonda a la derecha para pasar por un puente sobre el río Guadarrama y abandonar el asfalto donde el restaurante Chapoo (con precaución por los coches que vienen de la M-509, aunque suele haber poco tráfico). Aquí buscaremos el río para adentrarnos en el sendero que discurre paralelo a él en dirección norte. Se trata de un paseo muy agradable, en falso llano ascendente por el que pasaremos por debajo de la conducción del Canal que viene del embalse del Valmayor, y luego, en muchos sitios estaremos realmente cerca de la orilla del río. Ojo porque la humedad es importante y se nota en los días fríos (en verano tiene que ser una delicia), y suelen acumularse charcos y barro, pero son llevaderos. También hay algún sube-baja con pendiente y piedras, tramos con dubis naturales, zonas con mucho flow, algún sembrado y una bajada al río inclinada y rota que lo pone su grano de pimienta (se puede evitar siguiendo por el borde del sembrado).
En un momento dado, el camino cruza una alambrada (abierta) donde hay que ir hacia la derecha, en una subida con algo más de pendiente y con mucha piedra suelta. Parece que nos separamos del río pero, en realidad, estamos siguiendo un meandro. Más o menos, a los 6,5Km llegaremos al puente del Retamar, construido en el siglo XVIII por orden de Carlos III como parte del Camino Real de Castilla (versión de la Ilustración de la A6), y con el objetivo de permitir cruce del Guadarrama por carruajes. Pasando por debajo de uno se sus ojos nos encontraremos un pequeño puente de madera, que cruzaremos para girar inmediatamente a la izquierda y subir por una pista continuando en paralelo al río.
La pista más adelante se estrecha (siempre tendremos la referencia de seguir pegados a una valla con una lona verde, pues hay varias alternativas). Aquí habrá alguna bajada rota y pedregosa, zona de curvas y una especie de azud o dique por el que pasaremos por encima antes de llegar a la presa del embalse del Molino de la Hoz, una de esas “joyas” urbanísticas de los años 60, pues se construyó como atracción central de una nueva urbanización. Como el hombre propone y Dios -o la naturaleza- dispone, al final el embalse artificial ha terminado siendo un habitat natural de aves migratorias.
Tras el embalse, entramos en la urbanización tocando asfalto un rato y comenzando a subir. Cogeremos la primera rotonda a la izquierda y la siguiente a la derecha para, poco antes de un paso de cebra tomar el sendero que nos llevará a la presa del Gasco. La subida es más o menos llevadera al principio, algo rota pero no muy complicada, aunque se va endureciendo y haciendo más técnica a medida que nos acercamos a la presa. El esfuerzo se ve compensado por las vistas al barranco y, finalmente, a las ruinas.
La presa del Gasco formaba parte de un proyecto faraónico emprendido en el siglo XVIII y que tenía como principal objetivo unir Madrid con el océano Atlántico a través de un canal fluvial navegable uniendo los ríos Guadarrama, Manzanares, Tajo y, finalmente, el Guadalquivir para dar salida al mar a los barcos madrileños por Sanlúcar de Barrameda. La presa del Gasco, ubicada en el río Guadarrama, formaba la cabecera del canal, aportando el flujo de agua necesario y regulando su caudal.
Finalmente, de los 667 km proyectados por el ingeniero de origen francés Carlos Lemaur y financiados por la Banca San Carlos (origen del Banco de España) y la hacienda de Carlos III, solo se construyeron los primeros 25 km. El proyecto se abandonó en 1799 cuando una tormenta la noche del 15 de mayo ocasionó el derrumbe del parte del muro sur de la presa, derrumbe que aún se puede apreciar en las fotos.
Así, la presa del Gasco, llamada a ser la más alta del mundo de su época con más de 90 m de altura y técnicas innovadoras de construcción de este tipo de ingenería civil, se quedó a medio hacer con apenas 53 m que es lo que podemos apreciar a día de hoy. Naturalmente, la presa no ejerce ninguna función en la actualidad más que servir de atracción turística-histórica. En su base un arco de medio punto permite el paso del río Guadarrama sin interrupción alguna.
Continuando con la ruta, una vez alcanzado el punto más alto del ascenso tendremos que bajar por un par de zetas hacia la propia presa, donde el terreno está un poco roto y hay pasos relativamente técnicos, pero asequibles para una rígida y un mínimo de nivel. La presa puede atravesarse por su borde superior que es bastante ancho y que ofrece vistas espectaculares a ambos lados. Eso sí, el lado derecho está más expuesto y no es apto para personas con vértigo.
Ganada la otra orilla, el camino nos da la bienvenida con un cartel que indica propiedad privada y prohibido el paso, si bien es un camino muy frecuentado por ciclistas y senderistas y se trata de una vía de dominio público según el catastro, que me he molestado en consultar. De hecho, no hay ningún elemento físico en este punto que impida el paso, lo cual da entender que el propietario de los terrenos conoce este extremo y no puede ponerle puertas al campo. Este tipo de carteles nos acompañarán cada cierto tiempo hasta que abandonemos la finca.
El camino pica hacia arriba, en momentos el suelo está bastante suelto y con guijarros, lo que dificulta el ascenso, y también tiene algún paso un poco más técnico de lo habitual en esta ruta. Pero se puede hacer muy bien. Finalmente el camino se convierte en un sendero que atraviesa un prado de hierba, Siempre en ascenso, y desemboca en una pista más ancha que viene a morir en la puerta de la finca, que sí está cerrada con una valla y candado y que ha de ser sorteada por su lado izquierdo en una apertura en la piedra. Curiosamente la apertura está libre en su lado izquierdo, no así en el derecho, y está dispuesto de tal forma como se facilitara el paso a los que han utilizado el camino.
Aquí está el punto más conflictivo de la ruta dado que tendremos que cruzar la carretera M 505 que une Galapagar con Las Rozas para dirigirnos en sentido contrario en dirección a esta última localidad. Avanzaremos por la carretera unos pocos decenas de metros y enseguida nos saldremos a la derecha por un camino forestal con una barrera que impide el paso de coches. En este punto, tras unos metros en donde no se sabe si el camino va a subir o a bajar, terminamos en una bajada muy rápida, con mucho flow, y que nos hace descender durante un largo rato entre jaras. Se trata de un single trail muy limpio y disfrutón que termina en un arroyo justo donde hay una especie de valla muy cutre cortando el paso pero que se puede pasar fácilmente dado que apenas levanta medio metro del suelo.
Cruzaremos al otro lado y empezaremos a subir de nuevo por otro sendero entre jarras que nos dejará a las puertas de otro par de vallas separados unos metros y de similar estructura a la anterior, tras la cual enlazamos con la pista de Río chico, o también conocida como el paredón. Este camino entre vallas también es una vía de dominio público, por lo que se debería poder atravesar sin ninguna dificultad ni complicación. Yo no la encontré.
En la pista de Río Chico, que sube desde el puente del Retamar que hemos visto antes, cogemos en dirección ascendente a la derecha y subimos alrededor de 2 km, con algunos tramos que cogen bastante pendiente y pedregoso en algunos trozos, lo que le pone su punto de diversión. Un poco antes de coronar el cerro del Paredón, nos desviaremos hacia un camino que sale a la izquierda y empezaremos de bajar de nuevo en dirección a la urbanización de las cuestas. Ojo porque tendremos un par de cruces y tenemos que estar atentos al track, pues en un momento tenemos que abandonar el camino por el que venimos y hacer un giro en “U” para desviarnos por otro sendero que sale a la derecha.
Finalmente llegaremos a una barrera que limita y pone fin al camino de tierra y donde comienza un tramo asfaltado del Cordel Segoviano, que nos llevará hasta la población de Villanueva del Pardillo, que atravesaremos prácticamente en línea recta hasta que una señal de dirección prohibida nos sale al paso y que nos hace desviarnos a la derecha y para luego retomar la dirección inicial. Saldremos a una amplia avenida en una rotonda, que tomaremos a la derecha, a la que le sigue otra rotonda que tendremos que hacer con precaución y atentos al tráfico, dado que tendremos que girar 90 grados a la izquierda mezclándonos con los coches que vienen por la M-509.
Aquí abandonaremos el Pardillo por los caminos de servicio del Canal Isabel II, dejando el cementerio a la izquierda hacia un sendero que llamado por los locales como el camino de la ermita. Al principio es una pista forestal o camino de servicio sin más, pero más adelante se convierte en un sendero bastante divertido, bonito y fluido que nos dejará finalmente en la hípica Yeguada de Villafranca. Salimos de la Yeguada a un camino paralelo a la M-503, que cogeremos en hacia la izquierda y en bajada llegaremos a la centro comercial de la urbanización de Villafranca del Castillo y finalmente de ahí al punto de inicio de la ruta.
Espero que os guste la ruta y si alguien se anima, que la disfrute.
P.D. Desde el iPad no me deja subir el track. Lo haré desde el PC en cuanto tenga ocasión.
Distancia: 33Km
Duración aproximada: 2:15 en movimiento + paradas para fotos, comida, recuperar, etc.
Grado de dificultad IBP (+info): 36
Desnivel positivo acumulado: 592m
Ruta Circular (Sí/No): Sí
Una ruta sencilla, sin grandes desniveles ni de tirada larga pero que tiene, a mi juicio, un gran interés histórico-cultural, aparte de la belleza del entorno. Desde el punto de vista del ciclismo de montaña es una ruta que catalogaría 100% XC (cross-country o rally), es decir, que se puede hacer con una rígida sin mayor problema, incluso en sus tramos algo más técnicos.
Antes de empezar quiero advertir, para que nadie se lleve una sorpresa, que la ruta incluye tres “pasos almonteños” (como los canadienses pero al estilo de El Rocío). No suponen una gran dificultad y en todos los casos se trata de caminos de dominio público según el catastro (verificado por un servidor). De hecho, en el primero de ellos no hay ninguna puerta de entrada, sólo carteles. Pero luego entraremos en los detalles. También aviso de que ilustraré la ruta con fotos de varios días, no es que la haya hecho cargando con dos bicis. Vamos a la descripción de la ruta.
Empezamos en la urbanización de Villafranca del Castillo, justo enfrente del SEK, aunque se podría empezar también en Villanueva del Pardillo pueblo, o en la urbanización del Molino de la Hoz (Las Rozas) junto al embalse. Nos dirigimos por el parque central hacia el norte y, saliendo de la urbanización tomamos una rotonda a la derecha para pasar por un puente sobre el río Guadarrama y abandonar el asfalto donde el restaurante Chapoo (con precaución por los coches que vienen de la M-509, aunque suele haber poco tráfico). Aquí buscaremos el río para adentrarnos en el sendero que discurre paralelo a él en dirección norte. Se trata de un paseo muy agradable, en falso llano ascendente por el que pasaremos por debajo de la conducción del Canal que viene del embalse del Valmayor, y luego, en muchos sitios estaremos realmente cerca de la orilla del río. Ojo porque la humedad es importante y se nota en los días fríos (en verano tiene que ser una delicia), y suelen acumularse charcos y barro, pero son llevaderos. También hay algún sube-baja con pendiente y piedras, tramos con dubis naturales, zonas con mucho flow, algún sembrado y una bajada al río inclinada y rota que lo pone su grano de pimienta (se puede evitar siguiendo por el borde del sembrado).
En un momento dado, el camino cruza una alambrada (abierta) donde hay que ir hacia la derecha, en una subida con algo más de pendiente y con mucha piedra suelta. Parece que nos separamos del río pero, en realidad, estamos siguiendo un meandro. Más o menos, a los 6,5Km llegaremos al puente del Retamar, construido en el siglo XVIII por orden de Carlos III como parte del Camino Real de Castilla (versión de la Ilustración de la A6), y con el objetivo de permitir cruce del Guadarrama por carruajes. Pasando por debajo de uno se sus ojos nos encontraremos un pequeño puente de madera, que cruzaremos para girar inmediatamente a la izquierda y subir por una pista continuando en paralelo al río.
La pista más adelante se estrecha (siempre tendremos la referencia de seguir pegados a una valla con una lona verde, pues hay varias alternativas). Aquí habrá alguna bajada rota y pedregosa, zona de curvas y una especie de azud o dique por el que pasaremos por encima antes de llegar a la presa del embalse del Molino de la Hoz, una de esas “joyas” urbanísticas de los años 60, pues se construyó como atracción central de una nueva urbanización. Como el hombre propone y Dios -o la naturaleza- dispone, al final el embalse artificial ha terminado siendo un habitat natural de aves migratorias.
Tras el embalse, entramos en la urbanización tocando asfalto un rato y comenzando a subir. Cogeremos la primera rotonda a la izquierda y la siguiente a la derecha para, poco antes de un paso de cebra tomar el sendero que nos llevará a la presa del Gasco. La subida es más o menos llevadera al principio, algo rota pero no muy complicada, aunque se va endureciendo y haciendo más técnica a medida que nos acercamos a la presa. El esfuerzo se ve compensado por las vistas al barranco y, finalmente, a las ruinas.
La presa del Gasco formaba parte de un proyecto faraónico emprendido en el siglo XVIII y que tenía como principal objetivo unir Madrid con el océano Atlántico a través de un canal fluvial navegable uniendo los ríos Guadarrama, Manzanares, Tajo y, finalmente, el Guadalquivir para dar salida al mar a los barcos madrileños por Sanlúcar de Barrameda. La presa del Gasco, ubicada en el río Guadarrama, formaba la cabecera del canal, aportando el flujo de agua necesario y regulando su caudal.
Finalmente, de los 667 km proyectados por el ingeniero de origen francés Carlos Lemaur y financiados por la Banca San Carlos (origen del Banco de España) y la hacienda de Carlos III, solo se construyeron los primeros 25 km. El proyecto se abandonó en 1799 cuando una tormenta la noche del 15 de mayo ocasionó el derrumbe del parte del muro sur de la presa, derrumbe que aún se puede apreciar en las fotos.
Así, la presa del Gasco, llamada a ser la más alta del mundo de su época con más de 90 m de altura y técnicas innovadoras de construcción de este tipo de ingenería civil, se quedó a medio hacer con apenas 53 m que es lo que podemos apreciar a día de hoy. Naturalmente, la presa no ejerce ninguna función en la actualidad más que servir de atracción turística-histórica. En su base un arco de medio punto permite el paso del río Guadarrama sin interrupción alguna.
Continuando con la ruta, una vez alcanzado el punto más alto del ascenso tendremos que bajar por un par de zetas hacia la propia presa, donde el terreno está un poco roto y hay pasos relativamente técnicos, pero asequibles para una rígida y un mínimo de nivel. La presa puede atravesarse por su borde superior que es bastante ancho y que ofrece vistas espectaculares a ambos lados. Eso sí, el lado derecho está más expuesto y no es apto para personas con vértigo.
Ganada la otra orilla, el camino nos da la bienvenida con un cartel que indica propiedad privada y prohibido el paso, si bien es un camino muy frecuentado por ciclistas y senderistas y se trata de una vía de dominio público según el catastro, que me he molestado en consultar. De hecho, no hay ningún elemento físico en este punto que impida el paso, lo cual da entender que el propietario de los terrenos conoce este extremo y no puede ponerle puertas al campo. Este tipo de carteles nos acompañarán cada cierto tiempo hasta que abandonemos la finca.
El camino pica hacia arriba, en momentos el suelo está bastante suelto y con guijarros, lo que dificulta el ascenso, y también tiene algún paso un poco más técnico de lo habitual en esta ruta. Pero se puede hacer muy bien. Finalmente el camino se convierte en un sendero que atraviesa un prado de hierba, Siempre en ascenso, y desemboca en una pista más ancha que viene a morir en la puerta de la finca, que sí está cerrada con una valla y candado y que ha de ser sorteada por su lado izquierdo en una apertura en la piedra. Curiosamente la apertura está libre en su lado izquierdo, no así en el derecho, y está dispuesto de tal forma como se facilitara el paso a los que han utilizado el camino.
Aquí está el punto más conflictivo de la ruta dado que tendremos que cruzar la carretera M 505 que une Galapagar con Las Rozas para dirigirnos en sentido contrario en dirección a esta última localidad. Avanzaremos por la carretera unos pocos decenas de metros y enseguida nos saldremos a la derecha por un camino forestal con una barrera que impide el paso de coches. En este punto, tras unos metros en donde no se sabe si el camino va a subir o a bajar, terminamos en una bajada muy rápida, con mucho flow, y que nos hace descender durante un largo rato entre jaras. Se trata de un single trail muy limpio y disfrutón que termina en un arroyo justo donde hay una especie de valla muy cutre cortando el paso pero que se puede pasar fácilmente dado que apenas levanta medio metro del suelo.
Cruzaremos al otro lado y empezaremos a subir de nuevo por otro sendero entre jarras que nos dejará a las puertas de otro par de vallas separados unos metros y de similar estructura a la anterior, tras la cual enlazamos con la pista de Río chico, o también conocida como el paredón. Este camino entre vallas también es una vía de dominio público, por lo que se debería poder atravesar sin ninguna dificultad ni complicación. Yo no la encontré.
En la pista de Río Chico, que sube desde el puente del Retamar que hemos visto antes, cogemos en dirección ascendente a la derecha y subimos alrededor de 2 km, con algunos tramos que cogen bastante pendiente y pedregoso en algunos trozos, lo que le pone su punto de diversión. Un poco antes de coronar el cerro del Paredón, nos desviaremos hacia un camino que sale a la izquierda y empezaremos de bajar de nuevo en dirección a la urbanización de las cuestas. Ojo porque tendremos un par de cruces y tenemos que estar atentos al track, pues en un momento tenemos que abandonar el camino por el que venimos y hacer un giro en “U” para desviarnos por otro sendero que sale a la derecha.
Finalmente llegaremos a una barrera que limita y pone fin al camino de tierra y donde comienza un tramo asfaltado del Cordel Segoviano, que nos llevará hasta la población de Villanueva del Pardillo, que atravesaremos prácticamente en línea recta hasta que una señal de dirección prohibida nos sale al paso y que nos hace desviarnos a la derecha y para luego retomar la dirección inicial. Saldremos a una amplia avenida en una rotonda, que tomaremos a la derecha, a la que le sigue otra rotonda que tendremos que hacer con precaución y atentos al tráfico, dado que tendremos que girar 90 grados a la izquierda mezclándonos con los coches que vienen por la M-509.
Aquí abandonaremos el Pardillo por los caminos de servicio del Canal Isabel II, dejando el cementerio a la izquierda hacia un sendero que llamado por los locales como el camino de la ermita. Al principio es una pista forestal o camino de servicio sin más, pero más adelante se convierte en un sendero bastante divertido, bonito y fluido que nos dejará finalmente en la hípica Yeguada de Villafranca. Salimos de la Yeguada a un camino paralelo a la M-503, que cogeremos en hacia la izquierda y en bajada llegaremos a la centro comercial de la urbanización de Villafranca del Castillo y finalmente de ahí al punto de inicio de la ruta.
Espero que os guste la ruta y si alguien se anima, que la disfrute.
P.D. Desde el iPad no me deja subir el track. Lo haré desde el PC en cuanto tenga ocasión.
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