Como he contado por el hilo de las rutas, este fin de semana he aprovechado un viaje a Málaga en el que tenía sitio en el coche para la bicicleta para llevarme la Occam y “enseñarle” los carriles y senderos de los Montes.
Han sido dos salidas, una más tranquila y de pistas anchas y otra más hardcore por una zona endurera plagada de single trails, pendientes acusadas, curvas, saltos, drops, ... un auténtico bike park pero de acceso libre y a 10 minutos de calle Larios.
La cuestión era que iba con mis dudas de cómo me iba a ir subiendo por unos carriles que no conocen el llano, o se sube, o se baja. No sabía si las gomas de 2,50 y los más de 13Kg de la bici me iban a pasar factura. Y la realidad es que ¡ha sido todo lo contrario! ¡Cómo sube la condenada! Las ruedas de 29 tienen gran culpa, ya que una vez lanzada, la bici mantiene muy bien la inercia. Por otro lado, las suspensiones (en el punto medio) mantenían las ruedas pegadas al suelo y traccionando en las zonas más bacheadas, mientras que no contaminaban de forma apreciable la pedalada, y luego la geometría, con una postura erguida dado lo vertical del tubo del sillín, hacía muy cómodo el ascenso. La verdad es que me ha sorprendido. Incluso yendo despacio porque iba acompañando a un amigo que sale muy poco y menos por zonas con desnivel, me dio para sacar algunos PRs en Strava.
Y bajando, qué voy a decir. El sábado, por las pistas amplias pero con bastantes piedras y baches iba flotando sin enterarme de la rugosidad del terreno, mientras que con la rígida ya estoy entrenado para manejar un martillo neumático.
Y el domingo, donde probablemente he hecho las bajadas más largas y endureras de mi vida, pues la bici (y no mi técnica) me permitió estar a la altura de mis guías. Hasta me salvó en alguna ocasión. ¡Qué seguridad y aplomo te da la condenada!
Dejo aquí un vídeo-resumen de uno de los trails: Alikindoi.
Han sido dos salidas, una más tranquila y de pistas anchas y otra más hardcore por una zona endurera plagada de single trails, pendientes acusadas, curvas, saltos, drops, ... un auténtico bike park pero de acceso libre y a 10 minutos de calle Larios.
La cuestión era que iba con mis dudas de cómo me iba a ir subiendo por unos carriles que no conocen el llano, o se sube, o se baja. No sabía si las gomas de 2,50 y los más de 13Kg de la bici me iban a pasar factura. Y la realidad es que ¡ha sido todo lo contrario! ¡Cómo sube la condenada! Las ruedas de 29 tienen gran culpa, ya que una vez lanzada, la bici mantiene muy bien la inercia. Por otro lado, las suspensiones (en el punto medio) mantenían las ruedas pegadas al suelo y traccionando en las zonas más bacheadas, mientras que no contaminaban de forma apreciable la pedalada, y luego la geometría, con una postura erguida dado lo vertical del tubo del sillín, hacía muy cómodo el ascenso. La verdad es que me ha sorprendido. Incluso yendo despacio porque iba acompañando a un amigo que sale muy poco y menos por zonas con desnivel, me dio para sacar algunos PRs en Strava.
Y bajando, qué voy a decir. El sábado, por las pistas amplias pero con bastantes piedras y baches iba flotando sin enterarme de la rugosidad del terreno, mientras que con la rígida ya estoy entrenado para manejar un martillo neumático.
Y el domingo, donde probablemente he hecho las bajadas más largas y endureras de mi vida, pues la bici (y no mi técnica) me permitió estar a la altura de mis guías. Hasta me salvó en alguna ocasión. ¡Qué seguridad y aplomo te da la condenada!
Dejo aquí un vídeo-resumen de uno de los trails: Alikindoi.
Última edición: