Yo estoy aburrido del coronavirus y lo que nos ha hecho perder -eso mientras sólo hayamos perdido el tiempo, y afortunados somos, por supuesto, los que podamos quejarnos de perder lo reemplazable-.
Veo terrazas llenas como si no hubiera un mañana. En mi barrio se contabilizaron noventa casos la semana pasada.
Si es que del coronavirus sólo podemos cuidarnos nosotros. Aunque alguno he oído que según el color es coronaviurus malo o bueno -hay gente que lleva un adoquín por cerebro-.
Así que al coronavirus, o "chotavirus", como lo llama la hija de dos años de un amigo mío, sólo me queda verlo con respeto. Lo que sí me da miedo es lo que parece venir. Aparte de la crisis, que ya me da igual también tanta crisis, porque si no es el expolio continuado lo es ahora por un bicho, lo que me infunde verdadero temor es otra cosa.
Hace un par de días se suicidó una chica de treinta y pocos años en mi ciudad. Ya, no es un sólo caso. Sí es que esto se ha acelerado. Lo que iba a trancas ahora parece que no va a arrancar. Mi parienta ha ayudado a mucha gente con problemas de boca, que hasta no hace mucho, vivían holgadamente, si no bien.
Durante el confinamiento ví auténticas personas desgraciadas de conciencia, que es lo peor, como el caso de una tipa que se llevaba del supermercado dieciocho, sí, 18 fuentes de carne, y gritaba que a la tarde iba a volver a por más.
Por culpa de gente como esa, mi amigo no pudo un día llevarle comida a las dos niñas que tiene porque durante dos días las baldas de los supermercados estaban vacías -he sacado fotografías, si me las pedís las
puedo poner. Ya lo del papel higiénico.... Así que, en caso de cataclismo, habéis visto lo que podemos esperarnos de esta sociedad primitiva. Convencido estoy de que Mad Max hizo verdadero daño en algunas conciencias.
Me dan miedo aquellos que estaban un poquito "para allá"... a los que sólo les hacía falta un "empujoncito" para caer en la locura. Lo siento por las personas que han caído en depresión, bien porque su trabajo, su negocio o lo que sea se les ha complicado o, sencillamente, ido a pique. O aquellas personas que, durante este confinamiento, también han caído en depresión, sencillamente por culpa de tener que soportar la convivencia, o la actitud de la gente "enferma" por decirlo de alguna manera; me refiero a los que antes estaban un poquito "para allá", con el gérmen de la psicosis, neuróticos, maltratadores... que no se medican -los que no quieren, o los que no se diagnostican-.
Así que a ver que más se nos va a ir complicando en las fechas venideras, aparte de que acabaremos pagando -como siempre- los dineros de las ayudas que se quedarán por el camino, en bolsillos de muchos, como siempre.
A eso que está por venir, sí le tengo miedo. Más que al coronavirus. Y es que para el coronavirus ya hay vacuna, para lo otro, no.