Se puede pensar que la cerveza 0;0 no produce resaca, pues bien, ofreciéndome altruistamente como conejillo de indias en pro de la ciencia, puedo afirmar irrefutablemente que no es cierto. Una vez alcanzada la máxima dilatación posible del estomago por ingesta salvaje de cerveza 0;0 y acompañada de costillar a la brasa, alitas de pollo, lagarto (el reptil no, el de cerdo) chorizos y otra cosa que no sé lo que era, pero que estaba bueno, al día siguiente la sensación es similar a la resaca alcohólica, acompañada de arcadas y visita precipitada al wc.
Después de acostarte a las tantas, levantarte a las 5:00 AM (no me refiero a "Ante Meridiem" si no " A la Mierd*) y pegarte una ruta en la que se alcanzaron los 42 ºC, os garantizo que ni el whisky de garrafón te deja peor cuerpo.
Si, ya sé que aquí hay que hablar sobre la ruta, pero es que no me acuerdo de casi nada, mi mente estaba ocupada en mantener en primer plano el instinto de supervivencia. Para mi no existían ni pistas, ni senderos, ni pinos, ni montes, ni su puñetera madre, solo estaba concentrado en respirar y sobrevivir fuese como fuese. Mis compañeros de grupeta, con los que seguramente perderé la amistad, no es que fuesen al 100% pero los veía allá en la lejanía, que al menos subían.
Se me pegaron todas las moscas que habían en los montes, creo que olían a cadáver. Mi respiración era un jadeo constante acompañada de quejidos y lamentos. Para colmo, me adelantan un par de chavales de estos canijos que suben como si las cuestas no fuesen con ellos y me sueltan "Señor ¿se encuentra usted bien?" ¡¡¡ Señor !!! vamos me dijeron viejo en to la cara. Después de eso, mi moral que ya estaba bajo mínimos, desapareció totalmente.
Lo mismo estáis pensando que hicimos una de esas rutas de 80 kms y 1600 de desnivel, pues no, fue un misero Mirador del Cochino, de 47 kms y ni se llega a los 1000 de desnivel. Como esto siga así, me veo saliendo los domingos a las 10 de la mañana por el carril bici del paseo marítimo y pa la casita a las 11 y media.
Ni un café bien cargado hizo efecto
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Al igual que para las fotos se mete la barriga, la sonrisa era para disimular.
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La noche anterior:
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Aún no había empezado a descongelarse el hielo y el bidón de las cervezas ya estaba por la mitad.
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