Buenos días. Soy aquilare, 50 años y residente en Asturias. Llevo en el mundo de la bicicleta, intermitentemente, toda la vida, como la mayoría de las personas de mi quinta que tuvieron la suerte de tener una bici, bien nueva o heredada.
Mi primera bicicleta en propiedad fue una GAC, de carretera, de hierro, doble plato y no me acuerdo cuantas coronas. Pesaba lo suyo...
Con el tiempo llegó el instituto, la edad del pavo y la bici fue quedando relegada por otros intereses más acuciantes.
Mucho tiempo después compré mi primera bicicleta pura de montaña, GT Avalanche 3.0, rueda 26, 3 platos, 8 coronas y muchísima ilusión.
Sin ningún entrenamiento dirigido, tan solo con ganas y muchísimo corazón, hice rutas que han quedado para siempre en mi memoria.
Ella me acompañó en mis primeras subidas al Fito, a los Lagos de Covadonga, el Angliru, Bosque Peloño... Lo más brutal que recuerdo es la subida desde Arenas de Cabrales hasta el Casetón de Andara, en el Macizo Oriental de los Picos de Europa, tela...! Aquellos que lo conocen que se pronuncien sobre esta ascensión, repito, yo no entrenaba con frecuencia, ni llevaba alimentación ni suplementacion, solo la bici, agua y muchas ganas.
Aquella GT se quedó por el camino y mi nueva compañera fue una Conor 8500, rueda 27'5, 3 platos, 10 coronas y, por primera vez, frenos de disco hidráulicos.
Esta ya era otra cosa, la mayor rueda me permitía rodar más rápido, pasaba mejor algunos obstáculos, bueno, no me fue mal con ella.
Repetí antiguas gestas, hice otras nuevas, siempre en solitario, o casi siempre, mi régimen de vida me hace imposible integrarme en una "grupeta", tan solo hacer salidas esporádicas en grupo.
Me es más rentable acoplarme a un grupo que me encuentro durante una de mis salidas que quedar de antemano para ir juntos desde principio a fin.
Todo evoluciona y, a pesar de que mi Conor estaba en plena forma, se cruzó en mi camino, de nuevo, una GT.
Cuadro de carbono, monoplato, geometría actualizada, un sloping espectacular, ruedas tubelizadas...
Fue un amor imposible, aquello que quieres pero que sabes que no es para ti.
No os lo puedo explicar pero, en el poco tiempo que la tuve no encontré ese punto de ilusión que me hacía salir con mis antiguas bicis.
El carbono, ese gran amado y adorado por las masas, en ese momento y en ese lugar no era para mí, una gran inversión que pasaba los días apoyado en un caballete sin salir al monte a mostrar todas sus virtudes, que seguro que las tenía, pero yo no las veía, o no las sentía.
Así que, buscando algo que no encontraba entré un día en una tienda de bicicletas buscando novedades de MTB y salí con una bicicleta de carretera debajo del brazo.
Mmr Grip con grupo 105.
Nada que alegar, un bicicletón como la copa de un pino que, al margen de detalles y/o gustos personales, te puede dar aquello, y más, que estés buscando, y por menos de 1000 euros.
Empecé a salir más en carretera, me esperaban buenas y nuevas sensaciones, la velocidad, las largas distancias, de nuevo sentía el gusanillo, así que, para intentar recuperar algo de lo invertido puse mi GT de carbono en venta y alguien con mucha vista y aprovechando la situación, se llevó una pedazo de bicicleta para su casa, prácticamente nueva, con un descuento muy sustancial.
Ya han pasado muchos meses y muchas cosas desde que no tengo MTB y ahora, de nuevo, me ha picado el bicho.
Ahora que no hay stock, que los precios están por las nubes, justo ahora es cuando estoy enmelonado buscando bici de montaña.
Nunca fui persona racional para determinadas cosas y, cuando lo he sido, sorprendentemente, me ha ido muy mal.
Estoy a la espera, a ver que se cruza en mi camino, me da igual carbono que aluminio, tubeless que con cámara, me da igual la marca, solo espero tropezar con algo que me haga vibrar, y ya está.
Una vez que me decido, cuando acierto, no miro para atrás, lo que tengo es lo que quiero y lo que quiero es disfrutar.
Si acierto no comparo, solo lo aprovecho, sin prisa, sin presiones, sin metas absurdas, que ya somos paisanos.
Si me equivoco, lo acepto y, si puedo, le pongo remedio a la brevedad posible.
Este soy yo, espero sacar mucho positivo de este foro, aportar algo, para que no todo sea restar y, quien sabe, si algún día encontráis por el monte un ciclista mtbero solitario que se os une al grupo durante un rato, quizás sea yo...
Gracias por haberme aceptado y ya nos iremos viendo entre las líneas virtuales de este punto de encuentro digital.
Un saludo a todos los miembros, y para los no miembros, también.