Caramba! No había visto este hilo, menudo debate os lleváis! Os dejo mi opinión, si de algo vale, llevo ya casi 30 años pedaleando, he tenido muchas bicis, desde la BH América de acero hasta la Occam doble, de 26 a 29, pasando por 27'5.
Y sí, estoy encantado con mi Occam doble, que pasa por donde sea y llego con la espalda y el culo nuevos después de salir de ruta. Pero desde luego me lo pasaba mejor con mi Megamo rígida de 26". Y es que, al igual que pasa con los coches nuevos y la tecnología, con las dobles y los nuevos avances, se corre más, pero se pierden sensaciones de mtb. Esto es innegable, al igual que es innegable que las dobles son más cómodas y seguras. Pero vamos, que yo me he metido con una bici de aluminio y frenos v, por sitios donde ahora me costaría tirarme con la doble. El caballo no tiene tanto que ver, es más bien cuestión del jinete... para más señas os podéis ver algún vídeo de por donde se mete el Zugasti con la Alma.
Entonces, habrá quien prefiera no filtrar tanto esas sensaciones, ahorrar peso (a mismo presupuesto te quitas 3kg al menos, mi Occam de aluminio pesa 14 kg, con 2100 € me hubiera pillado una rígida de carbono rondando los 10) y ahorrar dinero (150€ me ha costado la revisión de las suspensiones), a parte que desde un presupuesto de entrada por el mismo precio tienes mejores componentes (e incluso como digo poder acceder a carbono vs aluminio).
Así que sí, las rígidas tienen mucho sentido. Yo soy defensor de las dobles porque a ciertas edades mola tener ese filtro de comodidad y ese plus de seguridad, pero para nada las rígidas son prescindibles. De hecho, si hubiera valorado los sablazos de la revisión, el peso de la bici y las rutas que hago, probablemente hubiera pillado una buena rídiga de 29", de carbono, y con un buen tubeless con cubiertas con balón... Y la diferencia no sería tanta. 😉